1. Abusar constantemente de la plancha. ¡Cuidado! Debes tener el mínimo contacto posible con la plancha. Es importante que no la utilices cada vez que laves tu cabello, si lo que quieres es sólo secarlo es mejor que utilices la secadora.
2. No usar protector de calor. Además de todos los productos que usas para el pelo (champú, acondicionador, mascarilla una vez a la semana, crema de peinado...), debes aplicar un protector de calor antes de la plancha, para que de esta manera se dehidrate lo menos posible, evitando lucir un cabello seco y opaco.
3. Temperatura extrema para "terminar antes". Con lo único que vas a terminar rápido es con la salud de tu cabello. Las planchas generalmente te permiten elegir entre 160 y 230 grados. Según Lesur y Llobet, la temperatura a 160 es para pelo fino, dañado y teñido; 180 grados es para cabello sano, sin color, y las temperaturas más altas, entre 180 y 230 grados, son para pelo grueso, rebelde y sano.
4. Utilizarla con el pelo mojado. Es lo peor que puedes hacer, según los peluqueros. Antes, hay que secar el pelo, preferiblemente al aire. Lo ideal es tenerlo seco al 80% en el caso de las de cerámica o de titanio, y al 100% antes de las planchas clásicas, pues si no le quitamos antes toda la humedad al cabello, lo que haremos no será peinarlo, sino ccocinarlo.
5. Pasar demasiadas veces. Pásate la plancha las mínimas veces posibles, si con una pasada o dos consigues el resultado que buscabas es mejor no darle más calor al cabello. Hay que recordar que entre mejor calidad tenga tu plancha, menos veces tendrás que pasarla.
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